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23 de octubre de 2019

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La importancia del microchip en los animales de compañía en España

En España, la ley obliga a identificar a los animales de compañía con un microchip, lo cual es aplicable incluso a los gatos que no salen de casa. Aunque la legislación puede variar ligeramente entre cada Comunidad, especialmente en lo referente a la obligación de cada especie.

Así es obligatorio tener identificados con microchip a caballos, perros, gatos y hurones, es decir, lo requieren con independencia de su exclusivo carácter doméstico. También debe colocarse en loros, guacamayos y cerdos vietnamitas.

Al igual que nosotros tenemos el DNI, los animales de compañía necesitan estar identificados a través de un microchip asociado a su cartilla o pasaporte sanitario. Por ejemplo, en el caso de extravío o robo, podremos denunciar y demostrar que pertenece a nuestra familia, y, en el caso de que lo encuentre alguien, podrá ser identificado de inmediato por un veterinario o Centro de Protección Animal, que nos avisará de que se encuentra localizado.

El microchip es un pequeño dispositivo electrónico, del tamaño de un grano de arroz, que se implanta en el interior de la piel de los animales de compañía. Este dispositivo es el sistema de identificación más seguro y fiable que existe. Dispone en su interior un código único de nueve dígitos y cuatro letras que sirve para identificar al animal y está asociado a los datos de contacto de su familia: dirección, teléfonos y nombres. Tras su colocación, se cumplimenta siempre un documento de identificación en el que se incluyen los datos del propietario y del animal junto al código electrónico asignado.

Este pequeñísimo aparato es imperceptible para el animal y, por supuesto, no le causa ningún dolor, ni tampoco puede desarrollar posibles alergias ni otros efectos secundarios.  

Este dispositivo se implanta bajo la piel del animal mediante una jeringuilla especial. Lo coloca de manera rápida e indolora un veterinario autorizado. Preferentemente se sitúa en la parte izquierda del cuello o en la línea media dorsal, en la zona de la cruz, si se justifica que no puede aplicarse en el cuello.

Puede suceder que el microchip se mueva del lugar de la implantación o que se inactive. Para evitarlo, es conveniente que en cada revisión semestral o anual con tu veterinario, le pase el lector para asegurarse que todo está en orden.

La edad mínima para ponerle este microchip es de mes y medio de vida, después de eso, en cualquier momento.

El código electrónico asignado a cada animal servirá para identificar siempre al animal en su cartilla o pasaporte sanitario. Los datos se remiten a una base de datos de la comunidad autónoma que, a su vez, está conectada a la Red Española de Identificación de Animales de Compañía (REIAC) y a la red Europea de Identificación Animal EUROPETNET, donde quedan registrados dichos datos. Este registro de identificación a nivel europeo facilita encontrar o identificar mascotas perdidas en el entorno de la Unión Europea.

Cualquier modificación, o cambio de titularidad, ha de informarse, ya que quien figure en el registro de identificación de la base de datos es el responsable de las acciones del gato o del posible abandono del animal.

Estas son algunas razones para poner siempre un microchip a nuestros compañeros:

  • Nos permite demostrar que dicho animal pertenece a nuestra familia.
  • Nos facilita su recuperación en caso de pérdida o robo.
  • Asegura la veracidad de los certificados sanitarios.
  • Permite el control sanitario exhaustivo de los animales por las autoridades.
  • Y evita su abandono ya que este sistema relaciona al animal con su propietario y permite delimitar responsabilidades.

Las estadísticas confirman su utilidad. El 61% de los animales recogidos por las protectoras que tienen microchip han sido devueltos a sus propietarios. Por menos de 50 euros, pon un microchip a tu mascota.