Inicio Blog Veterinario La oxitocina une a perros y personas: la hormona del amor

La oxitocina une a perros y personas: la hormona del amor

Está demostrado, según los estudios realizados en la Universidad de Azabu de Sagamihara en Japón y de la Universidad de Emory en Atlanta (EEUU), cuando un perro y su amo se miran a los ojos, ambos perciben una descarga de oxitocina que refuerza aún más el vínculo afectivo entre ellos.

Los investigadores estudiaron la relación entre 21 parejas de humanos y perros, analizando su interacción, primero, a partir de miradas y luego de caricias y abrazos. El equipo detectó un aumento de los niveles de oxitocina tanto en perro como en su dueño después de la interacción, en un mismo porcentaje para cada pareja. Sobre todas las medidas, fueron las interacciones basadas en la mirada las que determinaron un aumento particularmente significativo de la hormona.

Pero, ¿Qué es la oxitocina para que algunos la llamen la hormona de la vida y otros la del amor?

La oxitocina es un oligopéptido compuesto de nueve aminoácidos. Se genera en el hipotálamo y, desde ahí, es conducida por una proteína al lóbulo posterior de la hipófisis a través de las fibras nerviosas. Se descubrió a principios del siglo pasado y fue sintetizada por el bioquímico Vincent Du Vigneaud de forma artificial en 1953.

Esta sustancia química es el motor que enciende y da forma a gran parte de nuestras conductas prosociales, tales como la empatía, la confianza, la amistad, la generosidad o el altruismo.

Cuando estamos enamorados y sentimos esa pasión más intensa, caótica y casi obsesiva, la oxitocina actúa como gran desinhibidor. También, es la que genera el placer durante los orgasmos.

Esta pequeñísima molécula orgánica, que actúa como hormona y neurotransmisor, no solo nos conecta con los demás, también favorece esos mecanismos psicológicos y emocionales que nos ayudan a conectar mejor con nosotros mismos, en busca de nuestro equilibrio interno.

El organismo es capaz de generar hormonas potentísimas que producen bienestar y también son útiles herramientas para la prevención y la curación de dolencias.

La oxitocina, llamada la hormona del amor, hace que los seres humanos nos volvamos más generosos, confiados y sociales. Esta hormona es un elemento fundamental para reforzar la relación especial entre madres e hijos durante la lactancia, al igual que es una hormona que define la pertenencia a un grupo social, conductas sexuales y relaciones de pareja.

Esta hormona nos facilita de VIDA. Porque gracias a ella nos relacionamos entre nosotros, con otras especies, con el entorno e, incluso, con nosotros mismos, para coexistir en mayor armonía comprendiendo que el afecto, el altruismo, el cuidado y el autocuidado, garantizan la supervivencia.

Hace solo unos meses, la revista científica Social Cognitive and Affective Neurosciencie mostraba el papel que puede cumplir la oxitocina a nivel mental a la hora de favorecer la relajación, la calma y esos procesos que se ponen en marcha, por ejemplo, con la meditación.

Según estos estudios, sólo bastaría una mirada, entre nuestro animal de compañía y nosotros, para que se eleve en ambos los niveles de esta hormona, al liberarse de forma natural.

La ciencia confirma lo que ya sabíamos. Existe un vínculo entre nosotros y nuestro animal, que nos ayuda y mejora. Se consigue a través de la oxitocina. Esta hormona nos conecta con nosotros mismos y con los demás, y, por qué no, nos alarga la vida aumentando y enriqueciéndonos de armonía, amor y afecto por todo lo que nos rodea.